viernes

ENTREVISTA A ITZIAR ZIGA:MALDITAS UNA ESTIRPE TRANSFEMINISTA

"Todas mis malditas se identifican como feministas, of course, aunque también luchen en otros frentes. No puedo con el arte por el arte, no puedo. ¡Hasta las lavadoras están construidas desde el género, la clase y la historia colonial!" 
Itziar Ziga. Foto_Diario Gara

En Octubre la editorial Txalaparta publicó "Malditas, una estirpe transfeminista" de nuestra querida Itziar Ziga. Un libro de gestas escrito para negar esa historia única del feminismo en la que las mujeres más oprimidas tienen un papel secundario y pasivo, a remolque casi de las más privilegiadas. Mujeres negras, anarquistas, transexuales, bolleras y pobres de todos los tiempos consagraron su vida a una lucha feminista radical que no solo combatiera la opresión de género, sino todas las opresiones que atravesaron sus vidas.Valerie Solanas, Sojourner Truth, Sylvia Rivera, Louise Michel, Annie Sprinkle, Olympe de Gouges, Kathleen Hanna y Laura Bugalho pertenecen a una estirpe bastarda, dispersa y guerrera que Itziar Ziga ha querido agrupar, analizar y conjurar para reproducir una genealogía política y emocional que empodere a las actuales guerreras y malditas.
Portada del libro "Malditas: Una estirpe transfeminista"

Se han publicado diversos libros sobre bio-mujeres ensalzando su heroísmo y sus ansias de igualdad . ¿Que diferencias crees que existen entre tu grupo de pioneras y esas otras biografías? ¿Crees que hacía falta mirarlas desde otro punto de vista?
Toda visibilización y encumbramiento de ídolas feministas me fascina, yo sólo quiero sumar. Pero las mías por algo será, por mis perversas preferencias y orígenes será, que me han salido nada más y nada más que: lesbiana homicida, esclava autoliberta, travesti amatxo, anarquista irreductible, diosa del porno, bastarda guillotinada, punk justiciera y Laura Bugalho. ¡Qué decir de esta última! Amiga a la que entrevisté en su/nuestra Galiza Nación Queer. Mujer transexual feminista, anticapitalista y poscolonial hasta la médula. Lleva décadas protegiendo desde su insurgente y eficaz ternura a las gentes más vulnerabilizadas. Su sindicalismo radical es tan letal para el sistema que han tramado un montaje policial y judicial para neutralizarla. Pero Laura es inmensa, irreductible. Como decía Emma Goldman sobre Louise Michel, “representa un tipo nuevo de mujer que es sin embargo antigua como la raza humana”. Así son mis malditas. Y como Elena-Urko me hizo ver, todas ellas fueron carne de calabozo. Malditas, ¡requetemalditas! Y tan poco valoradas en la historia única del feminismo que nos han tratado de vender. De mi rabia constructiva nace este libro. 

Dice Angela Davis, respecto a cómo pensamos sobre los movimientos del pasado: "Animo a la gente a mirar más allá de las heroicas figuras masculinas. Si bien Martin Luther King es alguien a quien reverencio, no me gusta dejar que lo que representa borre las aportaciones de la gente corriente. El boicot de los autobuses de Montgomery en 1955 tuvo éxito porque hubo mujeres negras, trabajadoras domésticas, que se negaron a tomar el autobús. ¿Dónde estaríamos hoy si no hubieran actuado así?", ¿Podemos decir que este libro es una reivindicación, un tributo a algunas de las pioneras silenciadas o dulcificadas por la historia única?
Así es. ¿Cuántas mujeres encumbra la historia de la izquierda? No demasiadas. ¿Y qué mujeres son rememoradas por cierta historia del feminismo que ha terminado imponiéndose? Preguntadle a Amelia Valcárcel sobre Sylvia Rivera, esa travesti callejera puta yonky portorriqueña curtida en todas las batallas que se partió la cara contra la policía la noche de los disturbios de Stonewall para que gays, lesbianas y transexuales ganáramos la posibilidad de existir en el régimen heterofascista que se impuso en los Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Olympe de Gouges, la más ilustre de mis malditas, ha sido sin embargo aburguesada y blanqueada por esa misma historia falseada, lineal y progresiva que trata de convencernos de que fueron siempre las más privilegiadas quienes emprendieron las luchas de liberación para todas las mujeres y por tanto les debemos pleitesía. Silenciar desde posiciones aventajadas de producción de discurso las insurgencias de las más oprimidas refuerza todas las hegemonías y jerarquiza aún más a las mujeres. Este libro es mi aportación para reescribir la prodigiosa, multitudinaria y empoderante historia del feminismo occidental, al que pertenezco.  

Defínenos a tus pioneras con una frase.
Valerie Solanas, la rabia creativa de una rata de alcantarilla.
Sojourner Truth, el coraje justiciero de una esclava autoliberta.
Sylvia Rivera, la amatxo transexual de las desamparadas.
Louise Michel, detonando revoluciones a su paso.
Annie Sprinkle, sanar este mundo con la fuerza de su coño .
Olympe de Gouges, antes muerta que callada.
Kathleen Hanna, el terror de los machos alternativos.
Laura Bugalho, combatiendo todas las opresiones sin prioridades y sin renuncias.

Como comenta Beatriz Preciado:"Alguien dijo una vez que toda revolución necesita reinventar sus propios mitos", ¿crees que tus libros Devenir Perra,Sexual Herria,Glamur i resistencia y ahora este constituyen una firme intención de obsequiarnos con un buen numero de mitos y divinades a lxs que admirar, de lxs que podamos sentirnos fieles devotas?
Jajajaja, yo soy muy mitificadora, supongo que como exaltada atea con tendencias satánicas he ido eligiendo mis propias ídolas a quienes adorar, aunque no a lo tonto. Las ocho malditas a las que he retratado son mujeres de acción cuya irrenunciable pasión libertadora ha magnificado nuestras posibilidades de ser dichosas en este mundo construido contra nosotras. Y cuanto más las investigaba, más me enamoraba de ellas.

¿Que te han parecido las recientes declaraciones de Marina Abrahamovic: "No creo en el feminismo, sino en los buenos y malos artistas"?
¡Qué agustito están algunas solas en la cumbre, es decir, sin otras mujeres cerca! 
Sus palabras -que son mucho más bestias, afirma que odia el feminismo-, me dolieron porque siempre hemos leído su obra como hechizos que nos liberan de la opresión sexista. No entiendo como una mujer tan inteligente y luchadora dice semejante sarta de estupideces sobre el feminismo, las mismas que te repiten todos los idiotas de este galaxia. Bueno, lo peor es que sí lo entiendo, aunque no me lo esperaba de ella. También me llevé un soponcio porque descubrí estas declaraciones suyas cuando estaba a punto de incluirla en mi libro. Todas mis malditas se identifican como feministas, of course, aunque también luchen en otros frentes. No puedo con el arte por el arte, no puedo. ¡Hasta las lavadoras están construidas desde el género, la clase y la historia colonial! 

Bueno, Itziar esperamos que vendas muchos libros, que te forres y puedas hacer tu ansiada gira por Soria y de paso pasarte por Alacant,  y que nos escribas pronto otro artículo para Parole de Queer.¡Ya sabes que somos devotas!
Esperando como loca a que volváis a llevarme a esa ciudad que es tan kinki como yo. 


Itziar Ziga fue educada en un colegio público de un barrio obrero de Rentería en los años ochenta, después en un instituto (también público) infectado por el Opus en Iruñea, se licenció en Periodismo por una universidad donde volaban las sillas por las ventanas contra los antidisturbios invitados por el rector de turno. Hija de su madre, de las calles y del feminismo; y de repente, gogó. Ha publicado los ensayos Devenir Perra, Un zulo propio (Melusina, 2009) y Sexual Herria (Txalaparta, 2011). 

Y colaboradora de la revista Parole de queer, con su sección "Dra. Ziga: experta en putología y perróloga".